Cuando estaba en el sexto grado de educación primaria, recuerdo que la maestra de ciencias naturales sufría para poder mantener el salón en orden.
Muchos compañeros eran inquietos, se levantaban, caminaban, corrían por el salón, incluso, los mas tranquilos conversaban sin parar en esa clase.
Hasta que llegaba Lili. Todos guardaban silencio sin que dijera una palabra, luego llamaba la atención a los que estaban de pie y se sentaban.
Todo parece mejorar en esta historia, excepto por dos detalles, Lili era una alumna, una niña de 11 años, además, era la maestra y no ella quien debía tener el control del grupo.
Recuerdo que no apreciábamos demasiado a Lili, era "mandona", tomaba el control sin ninguna razón, regañaba a todos sin que alguien le diera esa autoridad, pero, como tontos le hacíamos caso, como si fuera la maestra.
Hoy, pensando en retrospectiva, me doy cuenta que Lili tenía talento para comandar. Entonces, el talento es innato, naces con él y se manifiesta claramente a lo largo de tu vida, desde temprano.
El secreto está en que nuestros hijos aprendan a conocerse para descubrir eso que los hace diferentes.
Personas con el talento de Lili, que lo identificaron a tiempo, están en los libros de historia después de haber logrado dirigir comunidades y países enteros, hacia un destino u otro.
El reto para los padres y los maestros de hoy, es acompañar a los niños para que ellos mismos puedan identificar sus talentos y para enseñarles los valores correctos, que en definitiva obrarán para que sus intenciones siempre estén llenas de luz.
Especialmente, cuando se trata de niñas, nuestras sociedades aún están plagadas de estigmas de género, que rechazan a las mujeres con talento para comandar, desde pequeñas se les etiqueta como a Lili, "mandonas", como si hicieran algo malo.
Si alguno de tus hijos, sea niño o niña, tiene este talento, será un líder, aún sin proponérselo, de tí dependerá que sea un líder positivo.
Lo más importante es que no lo obligues a ser un producto en serie, por miedo o por comodidad. A veces, nos parece más fácil hacer lo que hacen los demás.
Ya hubo demasiada gente en el mundo que no disfrutó de eso que lo hacía diferente.
Enséñale a tu hijo el inmenso valor que tiene EL ARTE DE SER TÚ.
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Recuerda: Ser Tú es un Arte.